La grandeza del amor de Cristo

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“...y que arraigados y cimentados en amor, seáis capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento...”

Efesios 3:17-19


Toma unos segundos para observar la imagen de arriba. ¿Puedes dimensionar la anchura, la longitud y la profundidad del mar? Incluso si puedes, el amor de Cristo es mucho mayor. Ésta es una de mis oraciones favoritas de la Biblia. Imagino que si el apóstol Pablo tenía un profundo deseo de orar así por los creyentes, es porque él mismo estaba atónito ante la magnitud de un amor tan grande.  

He de confesar que muchas veces no lo siento, y otras veces dudo de ese amor debido a las circunstancias que me rodean. Pero sé que mis ojos físicos no pueden ver el cuadro completo de su perfecto plan. 

A medida que he ido avanzando en la lectura de los Evangelios en mi tiempo devocional, he tratado de visualizar como hubiera sido estar ahí, ser el ciego que recibe la vista, el discípulo incrédulo ante la petición de Jesús de alimentar a la multitud, el fariseo confundido al ver a un Mesías que no encaja con lo que esperaba; desde mil ángulos, no puedo dejar de maravillarme. Y después de tanta intensidad, he llegado a la parte que él ha venido anunciando pero que todos se negaban a escuchar, es necesario que muera. Puedo imaginar que estoy ahí entre los discípulos y mi corazón se quiebra. Éste es el Mesías, el que vimos caminar sobre el agua, resucitar muertos, hablar tantas sabias palabras. ¿Por qué esta colgando de un madero? ¿Por qué no se defiende? y finalmente, veo que el Maestro ha muerto. ¿Por qué te vas, esperanza?

Éste pudo ser el final más catastrófico de la historia, pero terminó siendo el inició de la vida para muchos.

"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Galatas 2:20 

La razón por la que Cristo no evitó la cruz fuimos nosotros, y finalmente, la gloria del Padre. ¿Lo ves ahora? ¿Puedes ver la grandeza de su amor? Lo veo como el mar, más ancho, más largo, más alto, más profundo de lo que puedo comprender o conocer, pero tan cautivante que deseo conocerlo y permanecer en él.

A propósito del mar, esa foto pertenece a un lugar de la costa del sur de Mengen, un grupo indígena de Papúa Nueva Guinea que desde hace algún tiempo están pidiendo misioneros. Hace unas pocas semanas, finalmente se organizó un viaje para que Isaac y Jonathan, nuestro compañero, pudieran hacer un viaje de exploración a esa región y confirmar la necesidad y el deseo de la gente de tener misioneros, y lo que encontraron fue muy contundente.

Queremos mostrarte un extracto de ese viaje, para que puedas ver y escuchar, lo que ellos pudieron experimentar de primera mano. Te presentamos a los Mengen de la costa sur.

Conoce y escucha lo que los Mengen de la costa del sur piden. Probablemente te sorprenderás como nosotros.


¿Qué pasó después?


Después del viaje, como equipo decidimos tomar un tiempo para orar y preguntarle al Señor si quería que fuéramos con los Mengen o no. Una petición en particular que todos teníamos era que tuviéramos una decisión unánime. Finalmente, cuando las tres familias nos reunimos para hablar, el Señor nos había dirigido a todos a un ¡sí!. Qué alegría saber que Dios quiere que los Mengen de la costa sur también escuchen de ese gran amor.

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Como pueden ver, Brody y Jen Pav siguen adentro de la computadora en otro punto geográfico del mundo, pero el Señor es quien nos ha mantenido unidos. ¡Sí vamos, Mengen!


¿Y ahora qué?


Como una avalancha de nieve, comienzan los preparativos para mudarnos con los Mengen. En un par de días volvemos ahora como familias (por lo pronto solo los Ames y nosotros) para comunicarles que iremos a vivir entre ellos. Dado que los Mengen tienen interés en que misioneros vayan a vivir ahí, han ofrecido algunas tierras para ese propósito. Así que parte de lo que se pretende cumplir en este viaje es determinar cuál de esos terrenos es más estratégico, permitiéndonos vivir cerca de la comunidad y así facilitar el proceso de aprender su idioma y cultura.

Simultáneamente, estamos trabajando en los planos y estimación de costos de una casa modesta y funcional que nos permita vivir entre los Mengen por los siguientes años. Por un lado, la planeación y construcción de la casa puede ser un proceso muy abrumador, pero por otro lado, nuestra oración es que el Señor nos permita llevar a cabo este proceso como un paso esencial sin perder de vista el objetivo final que es testificar a los Mengen en cada etapa de la obra de nuestro Dios y de las riquezas del evangelio.  

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¿Cómo pueden orar?


Aquí hay mas buenas noticias. La obra que hacemos nunca fue pensada para que la hiciéramos en nuestras fuerzas. ¡Miren lo que Jesús dijo después de que resucitó!

"Y acercándose Jesús, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo."

Mateo 28:18-20

Con esta confianza, venimos al Padre y pedimos lo que necesitamos para llevar a cabo la obra que Él nos ha mandado.

Así que primero que nada queremos reconocer y dar gracias por su fidelidad. Al mirar hacia atrás vemos años de historias en las que el Señor ha provisto para nuestras necesidades de muchas maneras. Él ha mantenido su promesa y no nos ha faltado nada.

También somos conscientes de que hay creyentes mucho más capacitados para hacer esta obra, sin embargo, en su soberanía al Señor le ha placido que seamos nosotros quienes la llevemos a cabo. Que el Señor sea glorificado a través de estás vasijas de barro, y que nosotros crezcamos en nuestra dependencia en Él.

Necesitamos de Su dirección y sabiduría en el proceso de construcción de la casa, al igual que provisión para construirla. En esto, nos gozamos al saber que el Señor no tiene recursos limitados, sino que Él es dueño de todo. (Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y los que en él habitan. Sal. 24:1).

Oramos que permanezcamos en la vid, para que podamos llevar mucho fruto.(Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. Jn 15:5).

Que perseveremos en la unidad y el amor entre nuestros compañeros de equipo, mientras funcionamos como la iglesia entre los Mengen. (En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. Jn. 13:35)

Rogamos que el Señor nos dé de su gracia cada día para encaminar a nuestros hijos, Jacob y Emma, en Su verdad

Que el Señor nos conceda honrarle con nuestro matrimonio.

Que el Señor nos permita ser sal y luz entre los Mengen de la costa sur, y que prepare sus corazones para creer el mensaje de vida eterna.

También queremos pedirles que nos acompañen en oración por uno de nuestros pastores que esta muy enfermo. Que el Señor sea glorificado en su vida y la de su familia.

Agradecemos al Señor que les ha dado a ustedes un corazón generoso para compartir con nosotros. ¡Qué delicia son las palabras de Filipenses 4:18: "Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús."

Estamos enormemente agradecidos por los hermanos que se han sumado a la intercesión por nosotros y el ministerio que el Señor nos ha encomendado, y por los que han estado desde el principio. (Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. Heb. 6:10).

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  • Por ahora, Claudia ha tenido la oportunidad de compartir un estudio bíblico con un grupo de mujeres que viven y trabajan cerca de la base.

  • Jacob y Emma continúan con la escuela en casa.

  • Isaac sigue aprendiendo sobre la cultura. Mira su video sobre los biriri. Búscalo abajo.


¿Dónde están los Pav?


¡Ya están aquí! Bueno, no aquí, aquí, pero aquí en el país. Brody, Jen y Evan, nuestros otros compañeros de equipo, llegaron hace poco más de un mes a Papúa Nueva Guinea. Después de que salieron de cuarentena, viajaron a la provincia de Madang para comenzar sus estudios de idioma y cultura nacional. Tok Pisin será el idioma de intercambio que usaremos para aprender el idioma de los Mengen, así que están echándole muchas ganas. También pedimos sus oraciones por ellos. ¿Quieres conocerlos un poquito? En este video nos muestran cómo fue su viaje a Papúa. 

Viaje de Brody, Jen y el pequeño Evan hacia Papua Nueva Guinea.
15,000 millas, 60 horas, 5 vuelos, 4 países... 3 personas muuuuy cansadas! ...y compañeros de equipo muy emocionados. ¡Gracias a Dios, llegaron!


Muchas gracias por leer hasta el final, apreciamos muchísimo su interés por este ministerio. El Señor les bendiga.

Por su gracia y para su gloria, 
Isaac, Claudia, Jacob y Emma Hernández
Siendo testigos de un Dios vivo 
en Papúa Nueva Guinea.


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En esto conocerán todos que son mis discípulos…