Entonces llamaron a los apóstoles y,
luego de azotarlos,
les ordenaron que no hablaran más en el nombre de Jesús. Después de eso los soltaron.
Así, pues, los apóstoles salieron del Consejo,
llenos de gozo
por haber sido considerados dignos de sufrir afrentas por causa del Nombre.
Y día tras día, en el templo y de casa en casa, no dejaban de enseñar y anunciar las buenas nuevas de que Jesús es el Mesías.
Hechos 5:40-42
Queridos hermanos en Cristo,
Hace unas semanas vengo pensando en el pobre Pablo (el apóstol) y todo el tiempo que estuvo encarcelado: “Lo único que sé es que en todas las ciudades el Espíritu Santo me asegura que me esperan prisiones y sufrimientos.” (Hechos 20:23). Esta mañana leía esta historia de Hechos 5, donde los apóstoles son encarcelados. Seguro que no es un lugar placentero. Seguro que a ellos tampoco les gustaba estar ahí. Seguro que cuando los liberaban, de una u otra manera, esperaban no tener que volver ahí. Sin embargo, viendo más detenidamente las historias, hay algo que no concuerda con lo que uno esperaría de ellos; tenían gozo. ¿Por qué?
Ellos sabían algo que muchos otros no sabían. El Evangelio de la gracia de Dios. El mensaje de vida.Y aún más allá, sabían que Dios era digno de toda la gloria. Su enfoque estaba en lo eterno, y no en lo terrenal, no en cuidar su vida y buscar sus placeres sino en darla por el Evangelio. (Hch 20:24; Fil. 1:12-14).
Ahora, ¿eso que tiene que ver con nuestro ministerio? Bueno, primero que nada déjenme aclarar que gracias a Dios no estamos en la carcel, al menos no literalmente, sin embargo de alguna manera no estamos donde quisiéramos. Dios aún nos tiene esperando un poco más. Eso también me recuerda a Pablo, ¿ustedes también se acuerdan? En varias ocasiones menciona que le gustaría ir a cierto lugar pero por el momento no le es posible.
Podemos identificarnos con los discípulos más fácilmente con las situaciones dificiles que con la abundancia de gozo. En eso, mis queridos hermanos, estamos creciendo. Dios sabe que somos débiles.
Como les comentamos en nuestra carta anterior, en agosto vienen algunas familias a servir en PNG. Llegarán a otra área a tomar un curso de inducción y nosotros esperamos viajar a conocerlos. Seguimos orando para que Dios nos provea de entre ellos, una familia que se sume a nuestro equipo.
Durante el verano (invierno acá), Isaac ha seguido trabajando en la imprenta y sirviendo en algunos otros ministerios. Claudia terminó las clases de español y ha estado trabajando en construir relaciones con mujeres de la comunidad esperando que el Señor abra una puerta para comenzar algún estudio Bíblico.
Cada día enfrentamos retos. Sin embargo, queremos que esos se conviertan en oportunidades para compartir el Evangelio con los que nos rodean. Hermanos, sus oraciones son oro en esto. Gracias por seguir trabajando con nosotros en este ministerio, para gloria de Dios.
Siendo testigos de un Dios vivo,
Isaac, Claudia, Jacob y Emma Hernández.
¡Muchas gracias por orar!
En el primero Isaac comparte un poco sobre la cultura de Papúa Nueva Guinea. Ensegundo es una probadita de lo que se hace en el ministerio donde está sirviendo actualmente, TRC (Tribal Resource Centre).